jueves

OSHO / LA SEMILLA DE MOSTAZA



Capítulo 20 (1)

La Mente está Ebria


VIGESIMO VERSICULO


Sus discípulos le dijeron: "¿Cuándo llegará el reposo de los muertos, y cuándo vendrá el nuevo mundo?".

Él les dijo: "Lo que esperan ya ha venido, pero ustedes no lo saben".

Sus discípulos le dijeron: "Veinticuatro profetas hablaron en Israel y todos hablaron de ti".

Él les dijo: "Ustedes han descartado al ser viviente quien está ante ustedes, y han hablado de los muertos".

Jesús dijo: "He echado fuego sobre el mundo, y vean, aguardo hasta que el mundo esté en llamas".

Ha sucedido una y otra vez: Jesús viene, pero no lo reconoces; Buda viene, pero no lo reconoces. ¿Por qué sucede esto? Y después por siglos y siglos piensas en Jesús y en Buda. Entonces se crean las religiones, entonces se crean grandes organizaciones en nombre de aquél a quien nunca reconociste cuando estuvo aquí. ¿Por qué ignoras a un Cristo viviente? Esto tiene que ser entendido, porque debe ser algo con raíces profundas en la mente, en la propia naturaleza de la mente. No es un error individual, no es un error cometido por este hombre o aquél. Por milenios ha sido cometido por la mente humana.

La mente debe ser penetrada y entendida. Una cosa: la mente no tiene presente, sólo tiene pasado y futuro. El presente es tan estrecho que la mente no puede cogerlo. El momento en que la mente lo coge, ya se ha vuelto pasado. Así que la mente puede recordar el pasado, puede desear el futuro, pero no puede ver el presente. El pasado es vasto, el futuro también es vasto; el presente es tan atómico, tan sutil, que en el momento en que te haces consciente ya se ha ido. Y tú no estás tan consciente. Una gran intensidad de consciencia es necesaria, sólo entonces serás capaz de ver el presente. Tienes que estar totalmente alerta; si no estás totalmente alerta, el presente no puede ser visto. Ya estás ebrio con el pasado o con el futuro.

Sucedió el otro día, Mulla Nasruddin vino a verme. Llamó a un taxi, entró en él y dijo: "Chofer, lléveme al ashram de Osho".

El chofer salió del carro muy molesto porque el taxi estaba parado frente a Koregaon Park Nº 17. Abrió la puerta y le dijo a Mulla Nasruddin: "Oiga, ya llegamos al ashram. ¡Bájese!".

Nasruddin dijo: "Muy bien, ¡pero no maneje tan rápido la próxima vez!".

La mente está ebria. No puede ver el presente, lo que está ante ti. La mente está llena de sueños, de deseos. No tienes presencia. Por eso es que Jesús no es percibido, Buda no es percibido, Krishna no es percibido, y entonces por siglos lloras y gritas, entonces por siglos te sientes culpable. Por siglos piensas, rezas, imaginas, y cuando Jesús está aquí, no lo percibes. Jesús puede ser encontrado sólo si logras una presencia de la mente, una presencia que no tenga pasado, que no tenga futuro, sólo esa presencia puede penetrar en el presente. Y entonces el presente es eterno. Pero la eternidad es en profundidad, no es un movimiento lineal, no es horizontal -es vertical.

Lo segundo a recordar: puedes entender el pasado, porque para entender cualquier cosa necesitas tiempo para pensar, para teorizar, para filosofar, para sistematizar, para argumentar. Entonces intelectualmente puedes clasificar las cosas, pero cuando un Jesús está presente no puedes pensar -no tienes tiempo para pensar. La mente necesita tiempo para pensar. Anda a tientas en la oscuridad. De algún modo crea un tipo de entendimiento que no es en nada entendimiento. Si tienes entendimiento, entonces podrás ver directamente el hecho y la verdad del hecho te es revelada. Si no tienes entendimiento, tienes que pensar.

Si eres ciego, entonces hay mucha necesidad de pensar. El pensar es un sustituto, esconde tu ceguera. Un hombre que puede ver directamente nunca piensa: Jesús no es un pensador, Aristóteles es un pensador, Buda no es un pensador, Hegel es un pensador. Un hombre que es iluminado nunca piensa, simplemente mira, él tiene los ojos para mirar. Y la propia mirada rebela dónde está el camino, dónde está la puerta, dónde está la entrada, y entonces él va.

Cuando Jesús está presente la puerta está abierta, pero tú estás ciego. Es muy posible que aun le preguntes al mismo Jesús: "¿Dónde está la puerta? ¿Dónde está la entrada? ¿Dónde tengo que ir?".

Hay una pintura famosa de William Hunt. Cuando fue exhibida por primera vez en Londres, los críticos hicieron una objeción. La pintura era sobre Jesús, una de las más bellas: Jesús está de pie en una puerta. La puerta está cerrada y parece haber permanecido cerrada por siempre y siempre, porque ha crecido musgo cerca a ella; nadie la ha abierto, parece que por siglos. Se le ve muy antigua, descuidada, y Jesús está parado en la puerta, y hay un aviso que dice: "Heme aquí, ¡de pie en la puerta! Y hay una aldaba para tocar la puerta, Jesús tiene su mano puesta en la aldaba.

La pintura es hermosa, pero los críticos siempre buscan algún error, todas sus mentes van a donde falte algo. Encontraron un error: la aldaba esta ahí en la puerta, pero no hay tirador en la puerta. Así que le dijeron a Hunt: "La puerta está bien, Jesús está bien, pero te ha fallado algo: no hay tirador en la puerta".

Hunt se rió y dijo: "Esta puerta se abre hacia adentro" -y Jesús está de pie en la puerta del hombre, en su corazón. No puede abrir hacia afuera, así que no necesita un tirador, sólo hay una aldaba para tocar. Se abre hacia adentro, la puerta del corazón.

Jesús viene y toca a tu puerta, pero tú comienzas a pensar. No abres la puerta, más bien al contrario, puedes asustarte y la asegurarás más: "¿Quién sabe qué tipo de hombre está de pie afuera? Parece un vagabundo. ¿Y quién sabe qué va a hacer una vez que le abras la puerta?". Una vez que le abres tu corazón te haces vulnerable; entonces ya no estás tan seguro. Y este hombre parece absolutamente extraño. No puedes confiar. Por eso es que cuando Jesús viene a tu puerta te lo pierdes.

Primero, eres ciego, no puedes ver, sólo puedes pensar. Segundo, tienes miedo, miedo de lo desconocido. Pero con respecto al pasado estás tranquilo, porque ha pasado suficiente tiempo, mucha gente ha pensado, ha creado teorías, han proveído de todo lo que es necesario. Ahora simplemente puedes mirar en los libros -los libros están muertos. Pero puedes pensar sobre Jesús, llegar a una convicción. Y entonces tampoco hay peligro, porque aun si abres tu corazón a un libro, nada va a pasar. Así que millones de cristianos continúan leyendo la Biblia todos los días, los hindúes continúan leyendo el Gita, los budistas continúan leyendo el Dhammapada todos los días. Los repiten en una forma mecánica, todos los días lo mismo otra vez y otra vez. No hay peligro porque el libro no es un fuego.

Pero Jesús es un fuego: una vez que abres tu corazón vas a ser quemado totalmente. Una vez que ese extraño entra en tu corazón, lo desconocido ha penetrado en lo conocido. Ahora tu mente como existió antes no puede existir más, no puedes ser el mismo otra vez. Una discontinuidad ha sucedido, el pasado está muerto -ni siquiera en sueños puede volver a ser reflejado; todo lo que habías acumulado se ha ido. Este hombre va a quemarte completamente, ¡este hombre va a ser una muerte! Pero tienes miedo porque no sabes que después de cada muerte hay un nacimiento. Cuanto mayor sea la muerte, mayor será el nacimiento -a muerte total, nacimiento total. Y este hombre va a darte una muerte total.

Tienes miedo. ¿Quién es éste que tiene miedo? Exactamente el que tiene miedo dentro de ti no eres tú. Ese es el ego, tu acumulación del pasado, tu identidad: tú eres un hombre de posición, de prestigio, de poder, un hombre con conocimientos, respetable. Este ego va a ser hecho añicos completamente por este hombre. Este ego te dice: "¡Estate alerta! No abras la puerta tan fácilmente. Nadie sabe quién es este hombre. Primero asegúrate". Y para cuando estés seguro, Jesús se habrá ido, porque no puede esperar en tu puerta por siempre y por siempre. Es un fenómeno tan raro: la penetración de lo desconocido en lo conocido, la penetración de la eternidad en el tiempo. El encuentro de un Jesús contigo es un fenómeno tan raro que existe sólo en ciertos momentos y después desaparece. Lo pierdes -no tienes presencia de la mente.

Escuché que sucedió una vez: Un hombre avaro obtuvo cincuenta mil rupias del gobierno, porque había estado viajando en un tren y hubo un accidente, y reclamó el seguro. Sus huesos estaban rotos, habían muchas fracturas, pero él estaba muy contento de que había conseguido cincuenta mil rupias. Se paseó por todo su pueblo dándole las buenas nuevas a la gente: "¡Me han dado cincuenta mil rupias y a mi esposa veinticinco mil rupias!".

En este mundo, a veces usas la presencia de la mente por motivos errados, por supuesto. Pero cuando viene Jesús, cuando viene Buda, nunca usas la presencia de la mente, porque es peligroso: no va a darte algo, al contrario, va a llevarse todo lo que tenías; no vas a obtener veinticinco mil rupias del seguro del gobierno; al contrario, todo el tesoro que ya habías acumulado, simplemente será barrido. Así que cada vez que un Jesús está presente nunca lo miras directamente a los ojos. Miras a este lado o al otro, miras a los costados, nunca vas a su encuentro. Tus ojos van de izquierda a derecha, pero no directamente; tu mente va del pasado al futuro, pero no al presente... eres astuto. Lo pierdes porque en lo profundo querías evitarlo.

Jesús es una incomodidad, encontrarlo es inconveniente porque destruye toda tu adaptación. Te hace consciente de que has estado absolutamente errado, te hace sentir que has pecado, que has errado el blanco. Te hace sentir que toda tu vida ha sido un desperdicio, que no has llegado a ninguna parte, que has estado parado en el mismo sitio por millones de vidas -por supuesto te sientes intranquilo ante él, comienzas a temblar en tu interior profundo. La única salida es evitarlo, y eres muy astuto en evitarlo. Lo evitas en tales formas que aun tú mismo no eres consciente de que lo estás evitando. Ahora trata de entender estas palabras.

Sus discípulos le dijeron: "¿Cuándo llegará el reposo de los muertos, y cuándo vendrá el nuevo mundo?".

Los judíos han estado esperando por siglos el día en que los muertos resuciten, el día en que un nuevo orden en el mundo traiga paz y bienaventuranza; que un orden divino nazca. Este mundo es feo; tal como está, es como una pesadilla, y la única manera de soportarlo es esperar que algún día ya no sea así, que la pesadilla termine; que algún día este mundo feo desaparezca y un nuevo mundo de belleza, verdad y bondad nazca. Este es un truco de la mente: esto es embriagante, te da esperanzas, y la esperanza es la bebida más alcohólica -nada se le puede comparar. Si tienes esperanzas permanecerás ebrio por siempre y siempre. Esto te da la posibilidad de esperar: "Este mundo no es el definitivo, esta fealdad no es, la definitiva, esta vida no es vida real. La vida real va a venir". Esto es lo que un hombre irreligioso pensará.

Un hombre religioso acepta lo que es, no espera que suceda alguna otra cosa; acepta este mundo tal cual es, esta vida tal cual es. Tiene una profunda aceptación: está agradecido aun por esto, no va quejándose. No dice: "Esto es feo y esto es malo y esto es una pesadilla". Dice: "Lo que es, es bello, lo acepto". Y sólo a través de esta aceptación el nace, llega a ser un hombre nuevo, y para él hay un mundo nuevo. Esta es la forma de entrar al nuevo mundo. Si sólo esperas que algún día vaya a cambiar este mundo, nunca cambiará -siempre ha estado así. Desde que Adán y Eva dejaron el Jardín del Edén ha permanecido así.

Hay un proverbio chino: "El progreso es la palabra más antigua". Siempre la mente humana ha estado pensando que estamos progresando. No estamos yendo a ninguna parte, el mundo ha permanecido igual. Los detalles pueden cambiar, pero la sustancia permanece igual; es de nuevo y de nuevo una rueda, se mueve en el mismo riel.

Un hombre religioso es el que acepta este momento -cualquiera que sea el caso- y a través de esa aceptación él nace de nuevo, el muerto ha resucitado. Este es un renacimiento. Y cuando tus ojos son diferentes todo el mundo es diferente, porque no es que el mundo sea el caso, sino la manera en que lo miras... La forma en que enfocas el caso, la manera en que tomas el caso -tu actitud es tu mundo. Este mundo es neutro: a un Buda le parece moksha, la belleza suprema y éxtasis; a ti te parece un infierno, el último, el séptimo -nada puede ser peor que esto. Depende de cómo lo mires.

Cuando tú renaces, todo renace contigo: los árboles serán los mismos, pero sin embargo, no serán los mismos; las montañas serán las mismas, pero sin embargo, no serán las mismas -porque tú has cambiado. Y tú eres el centro del mundo, y cuando el centro cambia, la periferia tiene que seguirlo porque el mundo es tan solo una sombra a tu alrededor. Si tú cambias, la sombra cambia. Y aquellos que están pensando y esperando que algún día la sombra cambie, son tontos.

Los judíos están esperando, tal como todos esperan, que vendrá un día cuando el mundo renacerá y los muertos resucitarán; entonces habrá paz, paz eterna y vida. Así que le preguntaron a Jesús:

"¿Cuándo llegará el reposo de los muertos, y cuándo vendrá el nuevo mundo?".

Estás preguntando sobre el futuro, y es así como pierdes a Jesús.

No preguntes a Jesús sobre el futuro, porque para un Jesús el futuro no existe -toda la eternidad es presente para él. Y para un Jesús no existe la esperanza, porque la esperanza es un sueño. Para un Jesús, sólo existe la verdad, no la esperanza. La esperanza es un engaño, la esperanza es embriagante; da a tus ojos tal ebriedad, que a causa de esa ebriedad miras que el mundo y que todo es diferente. Para Jesús sólo existe la verdad, la verdad de los hechos -la existencia desnuda- no tiene esperanzas sobre eso. No es que tenga desesperanza -recuerda, la desesperanza es parte de la esperanza.

Si tienes esperanza para el futuro, la desesperanza la seguirá en el pasado. La desesperanza es una sombra de la esperanza: si tienes esperanzas, estarás frustrado. Cuanto más esperanzas, más frustrado estarás, porque la esperanza crea un sueño y después no es satisfecho. Jesús no tiene desesperanzas, ni frustraciones. Nunca espera nada, así que todo le da plenitud; nunca espera, así que todo es como debería ser; nunca sueña, así que no hay fracaso. Nada puede fracasar si no estás tras el éxito, y nada puede frustrar si no estás mirando al futuro. ¡No! No hay desgracia si no hay sueños.

Los sueños traen desgracia, la existencia es puro éxtasis. Jesús vive en el aquí-ahora, esa es la única existencia para él. Por eso es que digo que es muy difícil para Jesús tener un encuentro contigo, porque tú siempre estás en el futuro y él siempre está en el aquí-ahora. ¿Cómo encontrarlo? ¡La distancia es vasta!

Hay dos formas. Una, que Jesús comience a soñar como tú -lo cual es imposible, porque cuando uno ha despertado no puede soñar. Cuando uno ha despertado no hay posibilidad de soñar, porque si el que sabe está presente el sueño no puede venir. El sueño viene sólo cuando el que sabe está profundamente dormido. Así que Jesús no puede bajar a tu nivel, eso es imposible. Aunque lo intente, no puede ser hecho. Le gustaría, a un Buda le gustaría, venir exactamente donde estás y darte el encuentro, pero es intrínsecamente imposible, porque él no puede caer dormido, no puede volverse inconsciente, no puede caer en sueños, no puede tener esperanzas. Entonces, ¿dónde encontrarlo? Si entra en un sueño, en el futuro, entonces puede haber un encuentro. Eso no es posible, es imposible. La única posibilidad es que te sacuda para despertarte...

Así que Jesús va diciendo a sus discípulos: "¡Despierta, estate alerta! ¡Observa, ve, mira!". Va diciendo: "¡Estate atento, ten presencia en la mente en el aquí-ahora!" -pero aun los discípulos le preguntan sobre el futuro. No están mirando a Jesús, están pensando en el futuro porque han sufrido en el pasado. Esta es la compensación: han sufrido en el pasado, serán bienaventurados en el futuro. Esta es la compensación para sus vidas, de otro modo se volverán locos.

En los tiempos antiguos, todo rey tenía un sabio en su corte y también un tonto. Parece absurdo -el sabio es necesario, ¿pero por qué un tonto? Para equilibrar, de otro modo la corte estaría desequilibrada. Y esto está bien.

Sucedió una vez: Un gran emperador tenía un sabio pero no un tonto. Y las cosas estaban yendo mal, se buscó y se encontró un hombre que era un tonto perfecto. La perfección es rara: encontrar un sabio perfecto es raro, encontrar un tonto perfecto es aun más raro. Pero la perfección es bella donde sea que suceda. Aun un tonto perfecto tiene una cualidad que no la puedes comparar -la perfección. La perfección tiene su propia belleza, da una gracia. Si quieren ver lo que es un tonto perfecto, lean la novela de Dostoyevsky: El Idiota.

Se encontró un tonto perfecto, el rey quiso tener una prueba, si realmente lo era. Así que le dijo al tonto: "Haz una lista de los diez tontos más grandes de mi corte" -habían cien miembros en la corte- "Haz una lista de diez personas, y pon los nombres en orden: el tonto más grande primero, después el segundo y luego el tercero..." Y se le dio siete días.

El séptimo día el rey le preguntó: "¿Hiciste la lista?".

El tonto respondió: "Sí".

El rey estaba curioso. Dijo: "¿Quién es el primero?".

El tonto dijo: "¡Tú!".

El rey se disgustó y dijo: "¿Por qué? Tendrás que dar una explicación".

El tonto dijo: "Justo hasta ayer, exactamente hasta ayer, no había llenado el primer lugar. A uno de tus ministros le has dado millones de rupias, y lo has enviado a un país lejano para comprar grandes diamantes, perlas, y otras piedras preciosas. Te digo que ese hombre nunca va a venir... Confiaste en él -eres un tonto. Sólo un tonto confía".

El rey dijo: "Muy bien. Y si regresa, ¿entonces qué?".

El tonto dijo: "Entonces pondré su nombre en lugar del tuyo".

En las antiguas cortes era una obligación, porque daba equilibrio. Tu vida es un continuo esfuerzo para mantener el equilibrio. Si vas demasiado en una dirección, se pierde el equilibrio y habrá enfermedad. Enfermedad (dis-ease) significa equilibrio perdido, la propia palabra significa desequilibrio. Así que cuando tu pasado es feo, con un largo sufrimiento, un fenómeno tedioso, un aburrimiento, ¿cómo lo vas a equilibrar? De otro modo te volverías loco. Lo equilibras con un futuro hermoso, pintas un cuadro romántico del futuro, eso da un equilibrio.

Pero Jesús no necesita equilibrio, porque él mismo es el equilibrio. Jesús no necesita ni sabio ni tonto. Tu pasado es como un sabio porque has ganado experiencia; has ganado sabiduría a través de la experiencia. Tu futuro es como un tonto: sueña. Si no tienes futuro, ¿qué sucederá? De pronto te volverás frenético. Si no tienes futuro, te volverás loco.

Eso es lo que está ocurriendo en el Occidente, particularmente en Norteamérica. A causa de la bomba H, de la energía atómica, el futuro ya no existe. Si Norteamérica se ha vuelto la tierra de los hippies y otros, la razón es porque Norteamérica está más alerta. Ellos han usado la bomba atómica en la segunda guerra mundial; y América está consciente; el futuro ya no existe, y el pasado es sólo una gran fealdad, una pesadilla. ¿Qué hacer? Y el futuro ya no está ahí para tontear, para soñar y equilibrar: el hippie ha nacido -se ha vuelto frenético, no está equilibrado.

Un Buda nace también en una forma similar, pero el método es diferente; un Jesús también nace en una forma similar, pero el método es diferente: él simplemente bota el pasado, deja de pensar sobre el futuro, deja de recordar el pasado. Entonces, de pronto él mismo es el equilibrio. No puedes desequilibrar a un Jesús, no. Puedes desequilibrar a cualquiera que esté simplemente adaptado. Jesús no está simplemente adaptado. Una persona adaptada puede ser desequilibrada por cualquier accidente, pero Jesús no puede ser desequilibrado, no puede volverse loco, porque la propia base ha cambiado. No vive en el pasado, no vive en el futuro.

Los discípulos preguntan sobre el futuro: ¿cómo será posible el encuentro? ¿Cómo se encontrarán? Y estos son discípulos -¿y entonces qué pasa con las masas? Jesús dijo:

"Lo que esperan ya ha venido, pero ustedes no lo saben".

"Lo que esperan ya ha venido: Los muertos han resucitado, han logrado el reposo. El nuevo mundo ya ha venido, ya está aquí, pero ustedes no lo saben".

Jesús está hablando sobre sí mismo: "Yo soy el nuevo mundo, yo soy el muerto que ha resucitado, yo soy la vida, el mismo centro de la vida -y estoy aquí, de pie ante ustedes, y ustedes no lo saben. Y preguntan sobre el futuro y el futuro está aquí".

Él les dijo: "¡Lo que esperan ya ha venido, pero ustedes no lo saben!".

En la eternidad no hay futuro. El futuro es parte del presente, pero a causa de la estrechez de la mente, no podemos ver el todo. Somos como un hombre que ha sido encerrado en un cuarto y mira a través de la cerradura: no puede ver el todo. A través de la cerradura no puedes ver el todo -¡a menos que hayas fumado hashish! De otro modo, a través de la cerradura no podrás ver el todo.

Les contaré una historia. Sucedió una vez que tres hombres estaban llegando a una ciudad cuando el sol estaba a punto de ocultarse. Lo intentaron en toda forma, corrieron, porque las puertas de la ciudad se iban a cerrar y entonces tendrían que permanecer fuera durante toda la noche. Y era peligroso -animales salvajes, asesinos y todo. Corrieron, pero no pudieron llegar a tiempo. Cuando llegaron las puertas ya estaban cerradas, el sol ya se había ocultado.

Uno de ellos comenzó a golpearse el pecho y a gritar en voz alta para que los porteros oyeran que estaban ahí. Gritó en voz alta, golpeó la puerta, sus manos comenzaron a sangrar y cayó desmayado. El otro comenzó a buscar alrededor de los muros de la ciudad. Podría haber una pequeña puerta, una puerta trasera o algún lugar por el cual uno pueda entrar, o un sistema de alcantarillado o algo. El tercero era un fumador de hashish: simplemente fumó su hashish, después miró por la cerradura y dijo: "¡Miren! No hay necesidad de ir a ninguna parte -¡podemos entrar por la cerradura!".

Eso es lo que sucede cuando toman drogas. Sucede esto: ¡La cerradura parece tan grande que sientes que puedes entrar en el reino de Dios aun a través de la cerradura! Nadie puede entrar. Permanecerás afuera, y cuando estés sobrio te reirás de todo el asunto.

Piensa en un hombre encerrado en un cuarto, que sólo pueda mirar por la cerradura: no puede ver todo lo que está afuera, sólo una parte. Y piensa también que comience a mover sus ojos mirando por la cerradura: un árbol entra en su visión; mueve los ojos, y otro árbol entra en su visión. El primer árbol ha desaparecido de su visión; el primero se ha vuelto pasado y piensa que ha desaparecido. El segundo se ha vuelto presente, y el tercero, el cual todavía no ha aparecido, está en el futuro. El continúa moviendo... entonces el segundo queda en el pasado y el tercero ha aparecido, y el hombre piensa -y piensa lógicamente- que: "Lo que no puedo ver ya no es, o lo que todavía no puedo ver, todavía no existe. Sólo lo que veo existe".

Esto es lo que estamos haciendo. Y este hombre no pensará que sus ojos se están moviendo detrás de la cerradura, pensará que los árboles están apareciendo y desapareciendo. Eso es lo que estamos diciendo: decimos que el tiempo se mueve. Recuerda, el tiempo no se mueve, sólo tu mente se mueve. ¿Adónde puede moverse el tiempo? ¿Alguna vez has pensado? ¿Dónde puede moverse el tiempo? Porque el movimiento en sí necesita de tiempo: si tu tiempo se está moviendo, entonces será necesario otro tiempo, porque todo lo que se mueve necesita tiempo. Vienes a esta casa desde tu casa, te toma media hora. Te moviste de un punto a otro, se necesita tiempo. Si el tiempo se mueve, como pensamos que se está moviendo -como un río, yendo al pasado, viniendo del futuro- entonces otro tiempo es necesario en el cual este tiempo pueda moverse. Y entonces caerás en una regresión infinita: entonces el otro tiempo se estará moviendo en algún otro tiempo. No, eso no puede ser.

El tiempo no se está moviendo. Más bien al contrario, tu mente se mueve pero no puedes verla. Es como cuando vas en un tren, y el tren va muy rápido y ves que los árboles van pasando, yendo rápido: en dirección opuesta a la que estás yendo. Si no te permiten mirar y observar, puedes tener la sensación, y a veces tienes la sensación, cuando el tren en el que vas comienza a moverse y el otro tren está parado en la plataforma, de pronto piensas que el otro tren se está moviendo.

Por millones de años el hombre ha existido sobre la tierra. La tierra se ha estado moviendo pero nadie se dio cuenta, todos pensaron que el sol se movía. ¡Aun! A pesar de que la ciencia continúa diciéndolo, el lenguaje no ha cambiado todavía: decimos "salida del sol", "puesta del sol". El sol nunca sale, el sol nunca se pone; pero aun pensamos... aun un científico piensa en la misma forma; él conoce el hecho, pero el pensamiento está tan profundamente arraigado, que nunca piensas que la tierra se está moviendo. "Salida de la tierra", "puesta de la tierra" -no, no existen tales palabras; todavía se mueve el sol alrededor de la tierra.

La misma falacia existe acerca del tiempo. El tiempo no se está moviendo, es eterno. Sólo tu mente se mueve, y cuando tú te mueves tienes una estrecha rendija: lo que está frente a ella es el presente, lo que se va es el pasado, lo que todavía no está al frente es el futuro. ¿Pero adónde puede moverse el presente?

Todo el asunto es absurdo si piensas sobre eso. ¿Cómo puede moverse el presente y pasar a la no-existencia? ¿Cómo puede la existencia volverse no-existencia? El pasado no se puede encontrar en ninguna parte, se ha vuelto no-existente. ¿Y cómo puede el futuro, el cual es no-existencial, llegar a existir? Parece absolutamente absurdo. La existencia sigue siendo la existencia, la no-existencia sigue siendo la no-existencia -sólo tu mente se mueve. Y tú no puedes ver el todo, por eso es que se ha creado la división.

Jesús vive en el todo. Por eso es que dice: "Lo que esperan ya ha venido, pero ustedes no lo saben. Y no sólo es que ya haya venido ahora, sino que lo que has estado esperando siempre ha estado aquí". Por eso es que Jesús dice en algún otro versículo: "Antes de que Abraham fuera, yo ya era, he estado aquí siempre". Tu mente dice que Jesús vendrá en el futuro. La misma mente negó a Jesús porque es imposible que la misma mente tenga algún tipo de comunicación con el presente. De ahí que los judíos dijeran: "Este no es el verdadero hombre que hemos estado esperando".

Y nadie va a ser el verdadero hombre jamás. Quien sea que venga será el falso, porque no es cuestión de que el hombre sea verdadero o falso, es cuestión de la mente, porque está viviendo en el futuro, porque está investigando el futuro. Y cuando Jesús ha venido, no hay futuro -entonces todos tus sueños desaparecen. Jesús se ha vuelto un destructor de tus sueños, y tú has invertido tanto en ellos... es difícil, es muy difícil.

Un doctor le estaba diciendo a un borracho: "Deja de beber de inmediato, sino perderás el oído, no podrás escuchar".

El borracho dijo: "No voy a dejar de beber porque lo que estoy oyendo no es tan bueno como lo que estoy tomando. Aun si pierdo el oído, no pierdo mucho, porque lo que escucho no vale la pena".

Has invertido tanto en el futuro que lo que estás soñando se ha vuelto muy valioso. Te da un equilibrio contra el pasado, te da una motivación para moverte y hacer cosas, te ayuda a correr. En realidad, te ayuda a ti y a tu ego a continuar existiendo. Es difícil dejarlo. Así que cada vez que un Jesús venga dirá: "¡Estoy aquí!". Y ustedes dirán: "!No, hombre falso!". El verdadero hombre nunca viene, no porque nunca venga, sino porque ustedes no pueden aceptar que es el verdadero hombre. Si alguna vez aceptas que Jesús es Cristo, entonces tendrás que cambiar inmediatamente. No podrás continuar en el patrón antiguo, el antiguo estilo de vida tiene que ser arrojado. Tendrás que morir y renacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El tema de ir hacia adentro es mas sencillo de lo que se piensa...por eso mismo porque uno piensa....el estado natural y normal del ser humano es estar saludable en todos los sentidos imaginables de a pOco se va adquiriendo conciencia,conciencia colectiva hacia eso vamos y en eso nos tranformaremos en inteligiencia y conciencia pura.Una vez le preguntaron a sai baba:Es usted dios? si...respondio el;y tu tambien lo eres,la diferencia esta en que yo lo se y tu no....

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